"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 15 de octubre de 2014

¿Sigues los mandatos de tus padres? (I)

Imaginad que nuestra vida es una obra de teatro donde cada persona es un personaje y cada situación es un acto. En esta obra nos movemos y actuamos creyendo que somos totalmente libres y que sólo nosotros decidimos lo que queremos hacer en ella. Pero, por gracia o por desgracia, muchos de los comportamientos que tenemos a lo largo de nuestra vida están condicionados por una cosa llamada “Mandatos”. Los mandatos, según el AT (Análisis Transaccional), son instrucciones que nos han dado nuestras figuras de apego a lo largo de nuestro crecimiento. Pueden ser tanto verbales como no verbales, conscientes e inconscientes.
Este tipo de mandatos son generacionales por lo que, es muy probable, que nuestros abuelos hayan pasado esos mandatos a nuestros padres tal y como ellos hacen con nosotros. ¿Cómo podemos evitar seguir viviendo bajo estos mandatos y parar el ciclo transgeneracional que suponen? Intentando detectarlos para hacerlos conscientes y, una vez conscientes, podremos evaluarlos y decidir si queremos seguir viviendo con ellos para así, actuar en consecuencia.
Por tanto, si el primer paso es detectar ese tipo de mandatos, vamos a descubrir cuáles son. Los Goulding investigaron estos mandatos y los agruparon en doce tipos. Para empezar y no saturaros con tanta información, empezamos esta semana con seis de los doce tipos. A ver si, por casualidad, os encontráis alguno que os sea familiar.
 
 
No seas/no existas: Algunas personas han podido experimentar cómo algunos padres les decían frases como “ojala no hubieras nacido” o “mira qué cantidad de problemas nos das desde que naciste”. También puede transmitirse a través del maltrato físico o psicológico siendo un tipo de maltrato la marginación y desatención del niño. Con este mandato, la persona puede basar su estilo de vida en presentar comportamientos de riesgo como la adicción, la delincuencia, profesiones de riesgo, etc. ¿Supone este mandato que vaya a terminar con la vida del que lo recibe? No es necesario. Otra forma de representar este mandato es  la necesidad de vivir sólo cuando… (Estés triste, enfadado, trabajes mucho, hagas lo que yo quiero, seas alguien de provecho, etc.).
 
No estés cerca: Este mandato hace referencia tanto a la cercanía física como a la emocional. Este mandato se observa fácilmente en las familias que no se tocan, no se abrazan o no se besan, así como aquellas en las que nunca se habla de los sentimientos. En estos casos, los hijos pueden llegar a la conclusión de que la mejor forma de evitar el rechazo es el alejamiento físico y emocional. Si esto ocurre, puede darse el mandato No confíes. Este mandato puede mantener a la persona alejada de los demás para evitar el daño con el pensamiento de “no son de fiar” o “uno no puede fiarse de nadie”.
No lo hagas: Este mandato puede mandarlo un padre o una madre que siente envidia por las facilidades o logros de sus hijos. Por ejemplo, un padre que deseaba estudiar pero tiene que ponerse a trabajar para pagarles la universidad a sus hijos. Es totalmente inconsciente y, a nivel observable, los padres animarán a estos hijos a que estudien pero, al mismo tiempo y sin darse cuenta, les transmiten el mandato de “no lo hagas”, “no lo logres”. Este mandato puede afectar a los hijos convirtiéndolos en incapaces para lograr sus metas incluso cuando parece que por fin lo van a conseguir, encontrando siempre algo que lo impide.
No (no hagas nada): ¿Conocéis a algunos padres que se pasan la vida diciéndole a sus hijos que no hagan cosas? “No corras que te caes”, “No hagas esto que te haces daño”, “No toques lo otro que te manchas”… Y, más adelante, los comentarios pasarían a ser algo como “No vayas con Pepito que no me gusta nada”, “No camines sola por esa calle que te puede pasar algo”, “No cojas el coche por la noche que hay mucha gentuza que se va de fiesta”… Estos comentarios muestran el miedo de los padres que se traspasa a los hijos, haciendo que estos últimos sean indecisos, miedosos y preocupados.
No seas tú: Algunos padres no aceptan a sus hijos tal y como son sino que desean que sus hijos sean como ellos quieren. Un ejemplo de ello es cuando nace un bebé del sexo opuesto al que los padres deseaban y, aun así, se esfuerzan por criarlo con los estereotipos típicos del sexo deseado. De forma cómica, este ejemplo se puede observar en la relación padre-hija de Robin Scherbatsky, personaje de la serie Cómo conocí a vuestra madre.
No seas importante/No pidas lo que necesitas: Este mandato se da cuando los padres quieren omitir la parte “yo niño” de los hijos. De esta forma, los padres transmiten que las necesidades de sus hijos no son importantes y estos aprenden a dejar a un lado sus necesidades, a ser conformistas y no luchar por lo que realmente desean, a no pedir nada, etc.


Y estos son seis de los doce tipos de mandatos de los que vamos a hablar. Si todavía no conocéis el AT (Análisis Transaccional) os recomiendo que le echéis un vistazo a las siguientes entradas que hice en el blog:

-          Estructura del Yo Niño: http://homeostasiss.blogspot.com.es/2014/03/mi-yo-nino-ha-hablado.html
-          Estructura del Yo Padre: http://homeostasiss.blogspot.com.es/2014/03/yo-soy-tu-padre.html

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario