"Todos los días la gente se arregla el cabello,
¿Por qué no el corazón?"

miércoles, 18 de febrero de 2015

¿Sabes lo que es una caricia según el AT?

¿Qué es una caricia? No, no necesariamente se refiere a una caricia física como todos conocemos. Antes de definir el término de caricias, os voy a presentar la siguiente situación que nos exponen Ian Stewart y Vann Joines en el libro “AT Hoy: Una nueva introducción al Análisis Transaccional”:
 
 
Imaginad que vais por la calle, veis a un vecino que viene en la otra dirección y cuando os cruzáis vosotros sonreís y decís: ¡Qué buen día! Y vuestro vecino os sonríe y os dice: ¡Sí que lo es, sí!
 
Aquí, vuestro vecino y vosotros habéis intercambiado caricias, porque una caricia se define como una unidad de reconocimiento. Es lo que otras corrientes conocen como Refuerzo del Comportamiento.
Generalmente, no damos importancia a estos momentos pero ahora imaginad la misma situación aunque algo diferente. Vais andando, os cruzáis con el vecino, le decís: ¡Qué buen día! Y el vecino no responde nada y pasa de largo como si no os hubiera visto. ¿Cómo os sentiríais? Podéis enfadaros con él, desconcertaros, poneros tristes…  ¿Qué hacen algunos niños cuando se enfadan? Te dicen “ya no te ajunto” y dejan de hablarte.
Esto es un ejemplo muy simple pero muy claro de que las personas necesitamos caricias y si no las sentimos, nos sentimos privados de ellas. Y por eso esta razón, escribí el post de “¿Y si fuera invisible?” hace dos semanas (todo, amigos míos, tiene un por qué en este blog).
 
El placer de las caricias 
 
Y ahora que ya sabemos lo importante que son las caricias, paso a comentaros que hay diferentes tipos. Pueden ser verbales (un elogio), no verbales (una sonrisa), agradables (ir al cine), desagradables (un castigo), positivas (escucha activa) y negativas (una bofetada).
También pueden ser incondicionales como un “te quiero” o “te odio” o condicionales. Las caricias condicionales son las más frecuentes en el ámbito educativo: “qué bien lo has hecho”, “enhorabuena por aprobar el examen”, etc.
Algunas personas tienen la costumbre de dar caricias que empiezan sonando positivas pero tienen una “pullita” negativa al final. Ej. Puedo ver que entiendes esto, más o menos. A esto se le llama caricias falsas. Te dan algo positivo pero luego te lo quitan.
También existen personas que son muy liberales para repartir caricias positivas pero no lo hacen de forma sincera. Ej. ¡Qué alegría verte! (En realidad quería cruzarse de acera pero le ha sido imposible). Estas caricias se llaman caricias de plástico.
Por el lado contrario, otras personas tienen problemas para dar cualquier tipo de caricia. Estas personas vienen de familias en las que las caricias positivas eran escasas.
En el post de la semana pasada donde os contaba El Cuento de las Pelusas Calientes, se muestran diferentes tipos de caricias y cómo nos dedicamos a darlas con cuentagotas.
 
En cuanto a las caricias, todos tenemos nuestras preferencias. Muchos de nosotros tenemos ciertas caricias a las que estamos acostumbrados a recibir y otras que nos resultan extrañas porque no estamos familiarizados con ellas.
Imaginad la siguiente situación: Cuando era pequeño, quería que mi madre me diera grandes abrazos pero en raras ocasiones lo hizo.
Pueden ocurrir varias cosas:
-          Que pida muchos abrazos por esa falta que tuve durante tantos años
-          Que, inconscientemente, anule mi deseo de abrazos. Si me hago creer que no me gustan los abrazos, evito el daño que me supone estar falto de ellos.
 
 
Además, los diferentes tipos de caricias siguen un orden concreto:
En un primer lugar, esperamos Caricias Incondicionales Positivas que nos hagan saber que se nos quiere tal y como somos pero, si no se consiguen, pasaremos a buscar Caricias Condicionales Positivas haciendo lo que se espera de nosotros (aspecto muy importante en las personas que tienen un elevado perfeccionismo). Si, aunque hagamos todo lo posible para que nos acaricien o refuercen, tampoco conseguimos nuestro objetivo, nos comportaremos inadecuadamente (Caricias Condicionales Negativas) para que nos llamen la atención y, aunque sea de forma negativa, nos hagan saber que están pendientes de nosotros. Por último, en casos más graves y como último intento desesperado de recibir caricias, haremos todo lo posible para conseguir Caricias Incondicionales Negativas.
Las caricias positivas con los niños y, sobre todo con los adolescentes, son muy importantes ya que si no las reciben, buscarán formas para recibir caricias de carácter negativo.
 
mamá y bebé
 

Por último, recordad que:

Si nadie volviera la vista cuando entramos, contestara cuando hablamos o si a nadie le importara lo que decimos, si las personas a las que nos encontramos nos hicieran el vacío y actuaran como si no existiéramos, no tardaría en invadirnos una desesperación furiosa e impotente y, en comparación, la tortura física más cruel sería un alivio (William James)

 

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